CANCÚN, Q. ROO.- La inseguridad en las carreteras dejó de ser un tema aislado para convertirse en una constante que presiona al transporte de carga en México. Videos de asaltos, operadores intimidados y robos multimillonarios son parte de una realidad que exige respuestas distintas.
Marcelo Salinas, director comercial de Logitrack, lo planteó durante la 4ª Conferencia DCT – Quálitas Posibilidades Infinitas, que la delincuencia avanza al mismo ritmo que la tecnología, y sólo con innovación se podrá contener.
El diagnóstico no admite pausas. Los delincuentes utilizan jammers para inhibir señales, manipulan GPS y orillan unidades en retenes falsos.
Ya no se trata de improvisación, sino de células organizadas con camionetas blindadas y herramientas sofisticadas.
“El punto débil sigue siendo el factor humano”, advirtió Salinas, al insistir en que protocolos automatizados y blindajes electrónicos son claves para reaccionar en segundos.
Las soluciones que describe no se reducen a hardware. Con la plataforma que ocupa la empresa, los datos y las alertas se transforman en acciones inmediatas: bloqueos automáticos de acelerador, cercas virtuales y reportes detallados que convierten el monitoreo tradicional en un análisis preventivo.
Incluso la inteligencia artificial se integra para atender incidentes menores, validando claves de seguridad con los operadores y reduciendo hasta 90% de las llamadas falsas que antes saturaban los centros de control.
El impacto de esta estrategia lo confirmó Augusto Ramos, vicepresidente de Grupo RAME. La compañía opera en el norte, bajío y occidente del país, regiones donde se concentra más de la mitad de los robos. Desde que adoptaron la tecnología, llevan ocho años sin pérdidas.
“Sacamos más de 40 unidades diarias de esa zona sin un solo robo”, afirmó Ramos. Esa reducción de riesgos permitió renegociar primas de seguro, invertir en más tecnología y, sobre todo, generar confianza entre clientes y operadores.
La clave, abundó Augusto Ramos, está en asumir que la tecnología sola no basta: debe acompañarse de disciplina en la reacción y compromiso desde la dirección hasta el operador.
“Una tecnología no funciona sola; detrás de ella hay personas que tienen que hacer que funcione”, dijo, al reconocer que incluso los conductores, escépticos al inicio, hoy transmiten a otros compañeros que en su empresa se sienten seguros.
Por su parte, Carlos Jaramillo, director de Digital Communications Technologies (DCT) en Estados Unidos, destacó cómo estas alianzas muestran un camino distinto para el sector. Al combinar procesos, personas y tecnología, las empresas logran personalizar soluciones que reducen siniestralidad y fortalecen la operación.
Para los especialistas el robo al transporte no se elimina con discursos ni con improvisaciones. Se enfrenta con blindajes electrónicos, automatización y cultura organizacional. Una fórmula en la que la innovación tecnológica no sustituye al factor humano, sino que lo respalda para que cada viaje llegue a destino.