El Hot Sale no solo pone a prueba la creatividad de los comercios electrónicos para lanzar promociones, sino también la capacidad de sus cadenas logísticas para entregar en tiempo y forma.
En ese contexto, la calidad de los datos operativos se convirtió en uno de los mayores desafíos, incluso por encima de la tecnología disponible.
Durante el Hot Sale de 2024, las ventas en línea en México rebasaron los 34 mil 500 millones de pesos (mdp), un incremento del 15.3% respecto al año anterior, con más de 14.4 millones de órdenes procesadas, según datos de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO).
Hasta el 60% de las ventas totales del evento se realizaron en línea, lo que ejerció una enorme presión sobre los sistemas de entrega, especialmente considerando que el 94% de los compradores prefirió la entrega domiciliaria.
Para Jorge Jiménez, CEO de Conectamos, una startup mexicana especializada en inteligencia operativa logística, el problema no es solo de capacidad, sino de visibilidad y fragmentación de datos.
“La logística es una industria altamente reactiva. Hoy, el gran problema no es la falta de tecnología, sino que los sistemas no logran adaptarse a la realidad caótica del piso operativo. En eventos como el Hot Sale, eso cobra factura”, advirtió en entrevista.
La avalancha de pedidos durante el Hot Sale expone las grietas en la infraestructura logística, ya que la capacidad limitada, baja visibilidad operativa y procesos desconectados, normalmente resueltos con WhatsApp, Excel o correos improvisados, son el pan de cada día para muchos operadores.
“Sin visibilidad en tiempo real, no puedes planear bien tu capacidad ni ser proactivo. Y eso lleva a costos elevados o retrasos que dañan la experiencia del cliente”, explicó Jiménez.
Esa falta de estructura no solo afecta en temporada alta, ya que fuera del Hot Sale, el comercio electrónico en México mantenía un crecimiento proyectado del 24% anual compuesto hasta 2026, lo que hace aún más evidente la necesidad de modernizar las operaciones logísticas sin frenar el ritmo de entrega.
Frente a la complejidad operativa, Conectamos optó por un enfoque radicalmente distinto, una capa tecnológica invisible que se integró a lo que los operadores ya usaban, como chats, hojas de cálculo, ERPs heredados, y les dio orden, estructura y visibilidad en tiempo real mediante Inteligencia Artificial (IA).
“No llegamos a imponer un sistema nuevo. Nos conectamos a lo que ya existía, estructuramos los datos y automatizamos flujos. Así pudimos optimizar rutas, validar entregas y anticipar errores. Todo esto sin fricción ni curva de aprendizaje”, relató el CEO.
En ese sentido, Jiménez explicó a este medio que en el caso de eventualidades que no se puedan predecir, por ejemplo, lo que ha estado pasando en el puerto de Manzanillo ante la protesta de trabajadores de la aduana, la comunicación proactiva es el mejor aliado.
“No es lo mismo que te avisen de un retraso con anticipación, a que te enteres cuando ya estás molesto. El usuario final es quien paga los platos rotos. Eso afecta tanto la reputación del e-commerce como de la paquetería”, señaló Jiménez.
En plena temporada de alta demanda y frente a un ecosistema de comercio electrónico en expansión, las claves del éxito, según Jiménez, es ordenar, visualizar y anticiparse.
“La clave es tener visibilidad sobre la operación. Desde ahí se pudieron tomar mejores decisiones, asignar recursos, optimizar rutas y evitar que el cliente se enterara de los problemas cuando ya era demasiado tarde”, subrayó.
La tecnología por sí sola no resuelve los retos logísticos del Hot Sale, pero aplicada con inteligencia y enfocada en la realidad operativa, marca la diferencia entre el éxito de una campaña y una crisis de reputación.