La cooperación entre Japón y México es diplomática, comercial y también ha tenido un efecto tangible en sectores como los de autotransporte y automotriz, así lo expresó Kozo Honsei, embajador de Japón en México, durante el evento conmemorativo por el 20 aniversario de Isuzu Motors de México.
En su mensaje, Honsei recordó que en 2025 se cumplen 20 años del Acuerdo de Asociación Económica México–Japón (AAEMJ), instrumento que, dijo, ha transformado la relación bilateral y ha sido clave para la llegada de empresas como Isuzu, que hoy ensambla vehículos comerciales en territorio mexicano.
“Desde la firma del acuerdo en 2005, el comercio bilateral se ha multiplicado más de 3.5 veces”, afirmó el diplomático, al destacar que más de mil 600 empresas japonesas ya operan en México, muchas de ellas vinculadas al sector automotriz y de transporte.
El impacto económico de este acuerdo también es respaldado por cifras recientes de la Secretaría de Economía. Tan solo en 2024, la inversión extranjera directa proveniente de Japón alcanzó los cuatro mil 285 millones de dólares (mdd), con Guanajuato, Ciudad de México y Aguascalientes como principales destinos.

Además, las importaciones desde Japón están dominadas por partes y componentes automotrices, que refuerzan cadenas logísticas vinculadas al transporte de carga y la industria manufacturera nacional.
El embajador de Japón en México señaló que estos flujos de inversión han permitido transferencia tecnológica, desarrollo de cadenas de suministro locales y generación de empleo calificado.
Además, subrayó que las empresas japonesas han adoptado compromisos concretos hacia la electromovilidad y la neutralidad de carbono, temas que el propio gobierno japonés considera prioritarios para el futuro del transporte y la logística.
Honsei también compartió una anécdota personal: hace más de tres décadas colaboró con el gobierno mexicano en proyectos para mejorar la calidad del aire en el Valle de México, lo cual reforzó su convicción de que “el desarrollo industrial debe ir de la mano con la sostenibilidad”.
Para cerrar, reconoció a Isuzu como un símbolo de la colaboración Japón–México, al lograr consolidarse como fabricante nacional y representar los valores de calidad e innovación, así como la apuesta de incluir en su portafolio más vehículos pesados.